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Conocida por sus múltiples beneficios, la terapia de alta frecuencia es popular en tratamientos estéticos debido a su capacidad para tratar el acné, reducir arrugas y mejorar la circulación. En el siguiente artículo, te explicaremos qué es la alta frecuencia facial, sus numerosos beneficios y cómo utilizarla correctamente, cuáles son sus contraindicaciones y que hacer para obtener los mejores resultados.
La alta frecuencia facial es un tratamiento estético no invasivo al igual que lo es el gua sha facial con la diferencia que utiliza corriente alterna de alta frecuencia para mejorar tanto la salud como la apariencia de la piel. Es un servicio de estética que se realiza mediante un dispositivo que emite electrodos de vidrio que se deslizan sobre la superficie de la piel.
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Quizás te estés preguntando ¿Por qué querría alguien realizarse un tratamiento que emite electrodos de vidrio? Pues bien, es porque la alta frecuencia en la cara tiene un efecto:
Cuando el electrodo de cristal entra en contacto con la piel, emite una corriente eléctrica de intensidad moderada, vibra ligeramente y se ilumina. Este proceso genera un gas en el electrodo, que a su vez produce una energía eléctrica terapéutica y radioisótopos de oxígeno. La combinación de electricidad y oxígeno se transforma en ozono, que purifica la piel al introducir moléculas de oxígeno rejuvenecedoras, acompañadas de una sensación de cosquilleo debido a la corriente.
La potencia de una máquina de alta frecuencia en estética se mide en hercios, no en vatios. Por lo tanto, el dispositivo de alta frecuencia más eficaz tendrá más de 100.000 Hz y menos de 10 vatios de potencia.
Cuando utilizamos este tipo de tecnología debemos tener muy presentes ciertos cuidados, no solo para garantizar la seguridad de la persona que recibe el tratamiento, sino también para obtener los mejores resultados. Te explicamos cuáles son dichos cuidados:
Antes de usar el dispositivo de alta frecuencia, asegúrate de que la piel esté completamente limpia y libre de maquillaje, aceites y cualquier otro tipo de producto. Para ello, lávala con un limpiador suave y sécala bien, esto ayuda a que la corriente de alta frecuencia penetre de manera efectiva.
Comienza siempre con una intensidad baja y aumenta gradualmente según sea necesario. Es importante no comenzar con una intensidad alta para evitar irritaciones o daños en la piel, puesto que no tienes como saber como esta reaccionará al tratamiento.
No debes utilizar el dispositivo de alta frecuencia por más de 10-15 minutos por sesión. El uso excesivo podría dañar la piel, lo recomendado siempre es realizar el tratamiento una o dos veces por semana.
Asegúrate de que el dispositivo y la piel estén completamente secos antes de comenzar el tratamiento. Nunca uses el dispositivo cerca del agua, para limpiar los electrodos de vidrio después de cada uso, usa un paño suave y seco. Guarda el dispositivo en un lugar seguro y también seco para mantenerlo en buen estado.
Como cualquier otro procedimiento estético la alta frecuencia facial aporta determinados beneficios, como por ejemplo:
La alta frecuencia es particularmente eficaz en el tratamiento y prevención del acné, puesto que la corriente de alta frecuencia posee propiedades antibacterianas que eliminan las bacterias responsables del acné, ayudando a reducir la inflamación y acelerar la curación de las lesiones cutáneas.
A través de la alta frecuencia se estimula el flujo sanguíneo y por consecuencia el suministro de oxígeno a las células de la piel. Este aumento en la oxigenación promueve la regeneración celular, otorgando una tez más saludable y más radiante. A su vez dicho aumento en la circulación ayuda a desintoxicar la piel, eliminando impurezas y residuos que pueden obstruir los poros y causar problemas cutáneos.
Gracias a la estimulación térmica y el aumento de la circulación se potencia la producción de colágeno y elastina, dos de las proteínas responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.
Como consecuencia de lo mencionado hasta ahora, la alta frecuencia mejora el drenaje linfático, facilita la eliminación de líquidos retenidos y de toxinas. Cuando eliminamos el exceso de líquidos y de toxinas reducimos la inflamación y las ojeras.
Finalmente, la alta frecuencia mejora la absorción de productos para el cuidado de la piel. Al aumentar la permeabilidad de la piel, los tratamientos y sueros aplicados después del procedimiento consiguen penetrar más profundamente y ser más efectivos, maximizando sus beneficios y mejorando los resultados generales del cuidado de la piel.
La radiofrecuencia facial es un tratamiento estético popular y eficaz para mejorar la apariencia de la piel, promoviendo la producción de colágeno y elastina, entre otras cosas. Sin embargo, no es adecuado para todas las personas. Existen varias contraindicaciones que deben tenerse en cuenta para garantizar la seguridad y la efectividad del tratamiento, dichas contraindicaciones son:
Ha quedado claro que los tratamientos con alta frecuencia, aunque no son para todo el mundo, aportan beneficios muy significativos para la salud y el aspecto del rostro. Estos beneficios son aún mayores si luego de finalizada la sesión aplicamos uno o varios de los siguientes productos:
Inmediatamente después del tratamiento, la piel suele estar ligeramente sensibilizada. Aplicar un suero calmante o reparador ayudará a reducir cualquier enrojecimiento o irritación. Los sueros con ingredientes como aloe vera, ácido hialurónico, niacinamida o pantenol son excelentes opciones, ya que ayudan a hidratar, calmar y reparar la piel.
Una vez que el suero se ha absorbido completamente, es importante aplicar una crema hidratante para sellar la humedad y proteger la barrera natural que posee nuestra piel. Opta por un hidratante ligero pero efectivo, que no obstruya los poros. Los ingredientes recomendados son la glicerina, ceramidas y manteca de karité. Opcionalmente, puedes utilizar una máscara calmante e hidratante para proporcionar un extra de cuidado. Las máscaras de tela con ingredientes como té verde, pepino, y ácido hialurónico son ideales para calmar y refrescar la piel.
La protección solar es vital y no negociable después de cualquier tratamiento facial, incluida la alta frecuencia. La piel estará más sensible a la luz UV tras el tratamiento, por lo que es crucial aplicar un protector solar de amplio espectro con al menos SPF 30 antes de salir al exterior.
Durante las primeras 24 a 48 horas después del tratamiento, se deben evitar productos que contengan ingredientes agresivos como retinoides, ácidos exfoliantes (AHA/BHA), y cualquier tipo de exfoliante físico. Recuerda que la piel estará sensible y más permeable.
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En resumen, desde el tratamiento del acné hasta la mejora de la circulación y la reducción de arrugas, esta terapia ayuda a transformar la piel, dejándola saludable y radiante. No olvides que siempre debe ser realizada por un profesional, que siga las recomendaciones mencionadas y los cuidados correspondientes.